26/8/15

La muerte de una joven que fue enterrada viva, desata la polémica en Honduras



El marido y un trabajador del cementerio aseguran que oyeron a la chica golpear el ataúd pero cuando la sacaron ya había fallecido

PRIMER IMPACTO / HONDURAS - EL PERIÓDICO / BARCELONA
Miércoles, 26 de agosto del 2015 - 12.59 h

Una joven de Honduras se despertó dentro de su ataúd un día después de ser enterrada. Pidió ayuda a gritos durante horas pero sus familiares y los trabajadores del cementerio no llegaron a tiempo a sacarla con vida. La muerte de Neysi Pérez, de 16 años, había sido certificada en el hospital tras sufrir un colapso nervioso en su casa. Estaba casada y en su tercer mes de embarazo.
El programa hondureño Primer Impacto grabó como los familiares de la adolescente, que aseguraban que la habían escuchado pedir auxilio, rompían a golpes el cemento de su tumba y abrían el ataúd de Neysi, que pese a eso no mostraba ningún signo vital. Intentaron reanimarla y fue llevada al hospital donde, de nuevo, se verificó su muerte.
Los médicos dudan que la joven fuera enterrada viva y sopesan algún tipo de espasmo muscular postmortem que pueda explicar lo ocurrido.

EN MITAD DE LA NOCHE
Neysi sufrió un ataque de pánico en el patio de su casa en la localidad de La Entrada, al oeste de Honduras, al escuchar unos disparos en mitad de la noche. Cayó al suelo en estado de catalepsia.
Sus padres, extremadamente religiosos, al ver que la joven sacaba espuma por la boca pensaron que había sido poseída por algún espíritu maligno y llamaron a un sacerdote para exorcizar a la joven.
Cuando el sacerdote de la comunidad acudió a la casa familiar, se dio cuenta de que la joven no respiraba y fue llevada de inmediato al hospital. Tres horas después, los médicos declararon su muerte.

VOLVIENDO DE ENTRE LOS MUERTOS
La joven fue enterrada con su vestido de boda, el que había usado solo unos meses atrás para casarse con Rudy Gonzales, en el mausoleo familiar ese mismo día.
Al día siguiente, Gonzales volvió al cementerio a visitar la tumba de su esposa. Entonces fue cuando, asegura, escuchó los gritos de Neysi pidiendo ayuda y golpeando el ataúd.
Pidió ayuda al guardia del cementerio, Jesús Villanueva, el cual también ha confirmado haber escuchado ruidos procedentes del lugar donde la joven fue enterrada. "Me convencí a mi mismo de que los ruidos provenían de otro lugar. En ese momento no podía ni imaginarme que había alguien enterrado vivo", contó a Primer Impacto.

MUERTA, OTRA VEZ
La familia no tardó en llegar y rompieron la tumba a golpes de martillo, como se puede ver en el vídeo.
Llevaron a Neysi al hospital todavía dentro del ataúd. Según la doctora que les atendió, acudieron histéricos, casi rompieron la puerta y no dejaban de gritar que la joven estaba viva. Pero a pesar de los esfuerzos del personal del hospital, Neysi había fallecido.

UN INSTANTE DE FELICIDAD
El cuerpo de la joven no presentaba rigormortis y tampoco desprendía ningún olor, aseguran los familiares. Su prima, Carolina Pérez, explicó que su cuerpo seguía caliente cuando la sacaron del ataúd y que tenía las uñas magulladas y heridas en los brazos. Además, el cristal del ataúd estaba roto por dentro.
Probablemente la joven sufrió otro ataque nervioso al encontrarse atrapada y el oxígeno se le acabó con celeridad.
“Creíamos que habíamos recuperado a nuestra hija. Estábamos todos tan felices”, asegura la madre de Neysi, la señora María Gutiérrez.
La mujer culpa a los médicos de haber certificado la muerte de su hija demasiado rápido aunque estos dudan que la joven fuera enterrada viva.


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